domingo, 22 de julio de 2012

YA LO PASADO... PASADO



Día a día luchamos por descubrir quiénes somos, leemos y releemos el diario de nuestra vida, buscando entre líneas algo que nos redima, que explique el por qué de nuestros errores y nos de un ápice de esperanza. 
Pero… ¿hasta qué punto debe influir el pasado en nuestra vida? Sin lugar a duda hasta cuando, recrearnos en el dolor, empieza a herir a quienes amamos, impidiéndonos disfrutar de su compañía, de su silencio, de su cariño…

Solo a un buen corazón le afecta el dolor de alguien a quién hirió en el pasado, pero en la vida se necesita algo más, se requiere sabiduría para discernir entre lo que se puede cambiar y lo que no, valor para afrontar las adversidades y poder luchar por el presente y la gente que lo compone, fortaleza para asumir el dolor como parte del camino y constancia para levantarse tras cada caída.

Y como en la vida te puedes encontrar con muchos tipos de personas, cierro la entrada con un símil entre el chocolate y las mujeres, aportación de un gran amigo (y lo más curioso que he escuchado hoy):
“El cacao tiene un sabor muy complejo, que hay que aprender a disfrutar y, si lo consigues, es perfecto. Los hay dulces y amargos, pero casi todos tienen su encanto; los hay amargos por fuera pero con un corazón dulce de crema de leche y no te debe sorprender encontrar muchas tabletas que te engañan con un envoltorio bonito y te prometen "sabor intenso", pero que esconden un chocolate al 7% de cacao”.

Y por supuesto, con la descripción que me ha hecho:
"Eres como un chocolate Nestle: dulce, pero con buen cacao. En una relación quizá tengas un corazón de dulce de leche o caramelo, lo que puede resultar empalagoso para algunos, pero eres sincera en tu descripción del envoltorio, así que eso no debería ser una sorpresa, y si le sorprende, es que no se ha tomado el tiempo de apreciarte antes".

Estas son las pequeñas cosas que le dan sentido y color a mi vida, GRACIAS.